Suelta lo que sabes son 4 palabras que componen un nuevo panorama, es la mezcla perfecta entre cerrar los ojos, silenciar la mente, abrir el corazón, respirar profundo, lanzarse al vacío y confiar.
Soltar lo que sabemos es la sexta Ley de transformación que acompaña el "reto de los 40 días" (sino recuerdas en qué consiste busca la entrada "10").
Reconozco que esta ley me lleva a mirar atrás, se me llena el corazón de amor por mi y gratitud por las experiencias multicolores.
Mi alma de colores, mi don de la sensibilidad han logrado manifestarse a pesar de mis muros de control. Nací siendo controladora, a todo quiero encontrarle explicación, me encanta estudiar y cuando un ladrillo no encaja en mi camino de vida...ufff...me cuesta seguir hasta que logro que encaje (sino que lo digan mis amigas del alma).
A pesar de ello, hoy me reconozco mejor y logro que mis colores dialoguen entre ellos con menor conflicto...soy una y hago parte de la unidad.
Lo importante es entender que todo lo que buscamos afuera realmente habita en nosotros. Es aceptar que nos equivocamos esperando elementos que no llegan. Es escuchar el cuerpo y la intuición distinguiendo entre un "no más" y un "continua, este es el camino".
Es soltar las apariencias, es construir de nuestras experiencias y conclusiones. Es escuchar más no repetir sin sincronía. Es decir con tranquilidad "no sé" y tomar el tiempo que sea necesario para descubrir las respuestas. Es crear y confiar en el dinamismo de la energía y fluir como los troncos sobre un río caudaloso. Es callar la mente y observar.
Hoy los caminantes de vida que componen el "reto de los 40 días" estamos compartiendo qué hemos soltado en estos 18 días. Reconozco que soltar y confiar - en mi y en el universo- es un enfoque nuevo que he integrado a mi camino en pequeños pasos desde febrero de este año. Un mes es suficiente para empezar y para continuar por el resto de mi vida.
Yo he logrado soltar la creencia que los postres, el chocolate y el azúcar en general me hacían feliz y me aportaban seguridad. 18 días sin azúcar ha significado vitalidad, conexión y disfrute como hasta el momento no me había pasado. Lo mejor de este proceso es que el pésimo habito de morderme las uñas está en su mínima expresión - cosa que nunca había conocido-. Disfruto sin culpa un ritmo más lento de respirar y de vivir, tengo un nuevo jardín que cuidar y contemplar.
Soltar y fluir suena difícil de lograr, hoy comparto que es una falsa creencia, como todo en el camino de vida: son los micro-detalles lo que van creando poco a poco una nueva realidad.
Durante este 2017 ¿Qué has logrado soltar sobre lo que creías que sabías sobre ti mism@?
Namasté
E.
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