Cuando inicié este proyecto tenía la meta de publicar al menos una vez a la semana. Sin embargo, las cosas no resultaron como lo pensé inicialmente. Solo veía como las palabras y el alma de cada persona que deseaba escribir tenían espacio aquí, ignoraba que el silencio también hace parte del lenguaje, también comunica y teje vida.
En estos meses abría una página del blog, sin saber qué decir o para qué decir, a veces llegaba la angustia o la desazón de ver pasar el tiempo y no conectar con las palabras, pero si sentía la presencia del silencio.
Era una presencia deforme y abrumante, sin luz ni colores. Hoy la abrazo, porque el silencio ha sido el protagonista de momentos mágicos y amorosos, como mis practicas de yoga o escuchar la rítmica respiración de Pepe. Hoy agradezco los silencios porque traen mensajes, porque también enriquecen y porque regalan paz.
¡Felices silencios!
Namasté
Comentarios
Publicar un comentario